Epitafio de un sueño

Convención, obligación o costumbre, que se yo como se llama, lo cierto es que retumban en tus oídos como ecos infernales dictándote que hacer, y quieres decir pero no te atreves, ya que hasta tus pensamientos inconscientemente te cuestionan, te etiquetan, y te atemorizan convirtiendo todo en un infierno.

Si actúas por convención, sentirás que te has traicionado a ti misma, falsa y cobarde ante tus propios valores; las sociedades crean patrones de conductas asociando lo bueno de lo malo, desde la óptica de lo racional, aunque con amenazas tan inverosímiles que van desde lo terrenal hasta el más allá.

Por obligación llegamos hasta el final de nuestras vidas, actuando y viviendo con miedo a herir a otros, viviendo vidas prestadas, soñando con un mañana que nunca tenemos el valor de buscar, quejándonos del paso que nunca daremos, hacia atrás para corregir el camino, o hacia adelante para acabar con todo aquello que no forma parte de lo que quisimos ser un día; importa más lo que diga el otro que lo que sentimos, importa más lo que opinen los demás, que nuestras formas de ver y sentir. 

La vida, las actitudes, las emociones, y los sentimientos no son fórmulas fijas que se correspondan igual con las acciones sociales, no somos robot programados, que ante determinada situación actúa con el resultado que espera la mayoría, esa mayoría que con pensamientos tan amorfos, logran imponer torturas en todos los que la integran, lo más extraño de todo, es como puedes creer lo que va contra ti mismo.
(2:55 a.m/10-04-11)

Por costumbre te condenas perpetuamente a una vida prestada, a sueños inconclusos, a situaciones con esquemas elementales, que terminan por llevarte a la nada, a veces a finales de los que ni siquieras eres conciente ni en los últimos momentos de tu vida.

Lo que podemos entender es que se puede ser medio, forma o simple marioneta del destino, movidas no siempre para enseñarnos o herirnos a nosotros mismos, sino más bien a los que nos rodean.

Quien nos juzga, quien nos cuestiona, quien atribuye valores buenos o malos a las cosas, no hay perfección ni siquiera en Dios, partiendo del principio mismo del amor vio sufrir y morir ante sus ojos a su propio hijo; si quería un mundo tan perfecto hasta él se equivocó.

Su mundo perfecto se convirtió en un campo de batalla, la inteligencia en destrucción, el amor en odio y egoísmo, la esperanza en traición, la justicia en prostituta que se vende al mejor postor, la ley depende de la cultura, país, religión partido político, o capricho del poder, mientras más dividimos más fraccionamos y nos damos cuenta que no somos nada ante lo majestuoso del universo. (8:55 pm /20-05-11)

Comentarios

"y mientras tanto espera, qué no lo sabe, pero la certeza de un mañana por venir, la hace abrigar en su corazón una esperanza, una ilusión"